
La mujer cubre su cabeza con pañuelo y sombrero de paja de centeno, de copas semiesférica y gran ala tendida. Resaltan los manguitos o mangos que cubren el brazo y parte del antebrazo, logrado de la moda renacentista española. Las sayas de sarga de lana solían ser de colores oscuros y más raramente con algunas listas en blanco.
Los hombres cubren su cabeza con la montera cónica, en sus orígenes erguida y posteriormente caída a un lado. Resaltan los majos de cuero crudo que han llegado hasta casi nuestros días, que han sido sustituido el cuero por goma. Las capas de lana, fueron sustituidas a finales del siglo XIX por capotes de menos ruedo o mantas como las de Tenerife.
Los hombres cubren su cabeza con la montera cónica, en sus orígenes erguida y posteriormente caída a un lado. Resaltan los majos de cuero crudo que han llegado hasta casi nuestros días, que han sido sustituido el cuero por goma. Las capas de lana, fueron sustituidas a finales del siglo XIX por capotes de menos ruedo o mantas como las de Tenerife.
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